El bosque del piano y el Concurso Internacional de Piano Chopin

Por Frida Picazo Gayosso


Uno de los compositores más populares para el piano, Frédéric Chopin, murió el 17 de octubre de 1849 y este año se conmemoró su 172 aniversario luctuoso. Por ello, la competencia del Concurso Internacional de Piano Chopin en Varsovia se lleva a cabo durante el mes de octubre. Este concurso es uno de los más importantes dentro de la música clásica y, con seguridad, el más relevante para el piano. Se inició en 1927 y se realiza cada cinco años, con excepción de su suspensión durante la segunda guerra mundial y el retraso de su edición del 2020 a este año.

El concurso tiene la finalidad de poner a prueba las habilidades técnicas e interpretativas de jóvenes músicos, hombres y mujeres, de todo el mundo (aunque la mayoría de quienes logran entrar son músicos europeos y de algunas regiones asiáticas pertenecientes a potencias económicas). Éste ha sido uno de los eventos cumbres para lanzar la carrera de varios pianistas entre las edades de diecisiete y treinta años, tales como las de Martha Argerich (Suiza-Argentina), Maurizio Pollini (Italia), Yundi Li (China), Yuliana Avdeeva (Rusia), Mitzuko Uchida (Japón-Gran Bretaña) o Krystian Zimmerman (Polonia). 

Pero no todo en el mundo de la música clásica y los concursos de piano es siempre positivo, y esta idea, sin lugar a dudas, subyace en las historias que lo retoman. Específicamente en Japón, este concurso goza de gran popularidad y por ello se ha retratado ocasionalmente dentro de la cultura popular, incluyendo los animes.

Uno de estos es Piano no mori (Forest of piano o El bosque del piano) que está disponible en Netflix. Cuenta la historia de Kai Ichinose, un niño que es elegido por un viejo piano abandonado en el bosque cercano a su casa y desde entonces desarrolla asombrosas habilidades con él. En su escuela conoce a Shuhei Amamiya, otro niño de su edad que desde pequeño aprendió a tocar el mismo instrumento. El amor por el piano será el que los una en una relación de amistad–rivalidad hasta sus diecisiete años cuando ambos entran al Concurso Internacional de Piano Chopin. La relación compleja entre ellos y con la música los llevará a desafiarse y dar lo mejor de sí.

El anime se basa en el manga del mismo nombre, escrito e ilustrado por la japonesa Makoto Isshiki. De serialización irregular y publicado entre 1998 y 2015, obtuvo algunos galardones importantes y fue llevado a pantalla grande en 2007. Contrario al filme, el anime tiene oportunidad de extenderse y desarrollar a algunos de sus personajes secundarios; así, retrata el amor en la amistad, la pasión hacia la música, las rivalidades y algunas de las complejidades que se viven en el ambiente de concursos de élite (y elitistas) de la música.

Piano no mori puede resultar interesante para quien guste de la música clásica, de la obra de Chopin, del propio concurso o simplemente se deje sumergir en la historia que presenta el anime. No obstante, pienso que poniendo un poco de contexto y atención a los detalles, se puede enriquecer mucho lo que vemos y podremos disfrutarlo más. Con este afán, propongo algunas ideas y lecturas posibles detrás del anime, ¡no sin antes dejar una advertencia de spoilers!

Kai Ichinose es el protagonista, un niño prodigio del piano. Si bien esta noción particular es ya de por sí cuestionable (¿podemos hablar de niñas/os prodigio aun sin el acceso económico y cultural que les permita tal descubrimiento y el desarrollo de sus habilidades?), pienso que dicha condición le permite a sus creadores jugar con las posibilidades. El encuentro con la magia es indispensable, pues da cabida al qué pasaría si…. Sustituye el inacceso a un piano y la ausencia de formación musical del personaje, llenando las carencias materiales que le hubiesen impedido convertirse en un prodigio. El piano mágico le ayuda a desarrollar un oído y un toque excepcionales.

Esto nos da una pista crítica: es poco probable que alguien sin el acceso financiero y el capital cultural de sus cuidadores o personas cercanas pueda desarrollar este tipo de habilidades, pero el anime prefiere voltear su realidad y llenarnos con magia. La magia y el piano del bosque desaparecen cuando Kai tiene su primera desilusión en un concurso musical, pero también ya un maestro, Sousuke Ajino, quien lo guiará en adelante. 

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Una relación compleja

La relación entre Kai y Shuhei es compleja y contrastante. Primero, por su origen: Kai Ichinose vive en Morinohata, una zona roja de la ciudad con su madre que trabaja como prostituta para proveerles. Crece en un ambiente difícil con muchas carencias económicas y trabajando desde pequeño; mientras que Shuhei Amamiya tiene muchas posibilidades económicas, acceso a la educación musical y un padre y una madre que suelen ser sobreprotectores con él.

Este contraste se refleja también en sus formas de interpretar la música, que viene de sus vivencias y experiencias personales, lo cual también define sus ambiciones. Para Kai lo importante es la honestidad, le vemos constantemente “cuestionar su sonido” (su interpretación) y competir únicamente contra sí mismo. En tanto que para Shuhei lo importante es tocar “exactamente lo que está en las partituras”, ganar concursos y ser reconocido como el mejor por otras personas, especialmente Kai, a quien considera su mayor rival.

Sin embargo, pese a sus diferencias y confrontaciones, existe un fuerte lazo de amistad, a tal grado que se les considera almas gemelas. Y es que incluso con la animadversión que Shuhei llega a sentir por Kai, no puede evitar enorgullecerse o alegrarse por su amigo, incluso ayudarlo.

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¿El mejor es el que gana?

El tema que mejor y más abiertamente critica el anime es lo injusto que puede llegar a ser un concurso. Desde que Kai Ichinose comienza a participar en competencias, existe un conflicto entre el criterio tradicional de evaluación y lo que causa en el público y el jurado. Ya sea la vestimenta de etiqueta (y decidir perderla arriba del escenario para tocar con más comodidad), saltarse normas de tiempo y acentos, improvisar arreglos musicales o hacer una interpretación no convencional, a Kai se le presentan trabas que tienen que ver más con las formalidades que con su ejecución. Sin embargo, estos inconvenientes no pasan inadvertidos y aunque el jurado se muestra reacio a premiarlo la mayoría de las veces, otras ocasiones el hecho de reconocer su interpretación genera la creatividad de los jueces para concederle títulos nuevos, pero no el de ganador. 

Este tipo de conflictos suceden en la vida real. Uno de los casos más conocidos sucedió durante el XI Concurso Internacional de Piano Chopin (1980), cuando el pianista Ivo Pogorelich fue descalificado antes de las finales, siendo uno de los favoritos y considerado un genio por algunos miembros del jurado como Martha Argerich. Si bien esto creó un mito alrededor de su persona, también puso en tela de juicio el tipo de criterios que los jurados tenían para calificar y descalificar concursantes. En el anime, se muestra una situación similar a través del personaje de Karol Adamski.

Esta cuestión es también un punto climático hacia el final del anime, pues los jurados del Concurso de Chopin entran en conflicto cuando tienen que decidir si nombrar ganador a Kai Ichinose, un joven cuyo genio musical es innegable o a otro concursante, puesto que no se adecua a las normas tradicionales de calificación ni obedece a los sentimientos nacionalistas que hacen preferible a un polaco como triunfante.

En El bosque del piano es cuestionable la idea de genio y prodigio de la que parte, así como la falta de profundidad en sus personajes femeninos y en las dificultades de la disciplina musical que enfrentan. Pero, sin duda, es un gran punto de partida para adentrarnos a la experiencia de un concurso de este tipo, muy similar a la vida real. Destacan, igualmente, sus escenarios que son una copia exacta de los espacios reales en Polonia, como la sala principal de la Filarmónica Nacional de Varsovia y varios de sus exteriores. Pienso que algo grandioso del anime es que permite a los espectadores no sólo conocer parte del mundo de la música clásica, sino cuestionar sus formas, su arbitrariedad y el elitismo en el que pervive.

El anime está disponible en la plataforma de Netflix y cuenta con dos temporadas.

Conoce a Frida en instagram: @fridapicazo

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